"Aquéllos que llegan antes al
río encuentran el agua más limpia."
-Proverbio Africano-
El vital elemento se encuentra en
el centro de las tensiones en un mundo donde las crisis energéticas,
ambientales, financieras y sociales muestran el agotamiento de un modelo
globalizado intrínsecamente inestable.
El agua expresa su mayor valor
estratégico como doble fuente de recursos: nutritiva indispensable para la vida
e igualmente imprescindible como energía renovable no contaminante. Estos
atributos han determinado que las Organización de las Naciones Unidas
reconozcan el acceso al agua potable como un derecho humano fundamental, que
debe ser gestionado bajo criterios de sustentabilidad, garantizando la
participación social y el aseguramiento de servicios tutelados estrechamente por el
estado para asegurar la adecuada provisión de bienes públicos.
El racionamiento del recurso
frente al crecimiento demográfico es evidente, solo el 2.5% del agua del
planeta es dulce y solo el 0,025% es agua dulce superficial de fácil acceso,
somos un país y una provincia claramente privilegiada en cuanto al recurso, lo
que nos permite exportar bienes altamente demandantes de agua para su
producción como son todos los agroalimentos.
Resulta común ver en otras partes del mundo costosas plantas
desalinizadoras para abastecer las necesidades elementales de la industria y de
los habitantes de vastas regiones para su sustento, determinando un valor
económico muy superior para el agua dulce del que históricamente tuvo o que
actualmente le asignamos.
Vivimos en una provincia nombrada
por su río donde el agua es igualmente escasa. En efecto aunque su uso actual
no la haya agotado, el volumen de la
Cuenca Autónoma del Río Negro no resultará suficiente para abastecer la
totalidad de las superficies potencialmente regables que ofrece su geografía.
Adicionalmente es oportuno señalar que las masas acuíferas de esta cuenca
debemos compartirla con las hermanas provincias de Neuquén y Buenos Aires
mediante acuerdos cuya importancia estratégica resulta crucial para el futuro
de los rionegrinos. Similares soluciones de compromiso será necesario alcanzar
para el uso y recarga de los acuíferos y manejo de los glaciares en relación a
las demandas sociales y productivas.
"Cada uno quiere llevar agua
a su molino y dejar seco el del vecino."
-Proverbio Español
El desplazamiento de las
fronteras agropecuarias hacia el sur, la aparición de usos competitivos del
agua de nuestros acuíferos, como la minería, la explotación de hidrocarburos,
las industrias, la evolución poblacional de sus ciudades, las producciones
forestales, frutícola, olivícolas, etc. compiten de un modo inédito por la
asignación de los limitados volúmenes existentes generando tensiones y
presiones sobre los efectores públicos para lograr una temprana asignación del
recurso hídrico, que determine el posicionamiento de las distintos grupos
inversores, empresas, actividades y grupos de interés de un modo casi
irreversible.
La defensa del postergado desarrollo
equilibrado de nuestra provincia, basado en la adecuada disponibilidad de
bienes públicos, el cuidado del medio ambiente, la racional asignación de
recursos, la prevención de los impactos
socioeconómicos emergentes de los fenómenos descriptos, determina el ingreso de
la asignación del agua, de lleno en la agenda política.
Resulta necesario arbitrar y
encauzar los conflictos, en resguardo de las soluciones que optimicen el
beneficio social agregado interregional y el bien común, frente al desafío que
le plantean los intereses especulativos e inmobiliarios, cuya desatención
muchas veces ha llevado a situaciones extremas como la denominada “guerra del
agua” desarrollada en Cochabamba hace menos de veinte años.
La topografía, las diversas
alternativas tecnológicas y productivas de uso del agua vigentes determinan la
viabilidad técnica de diversos proyectos que deberían ser priorizados luego de otorgar
al agua el valor real actualizado que tiene en el mundo, para que sus usos alternativos reclamen alta
productividad en las actividades elegidas y un elevado beneficio social
asociado.
La sustentabilidad ambiental, los
esquemas de tributación para socializar las rentas y beneficios inmobiliarios extraordinarios derivados de la
obtención de permisos de uso del agua subterránea o superficial de riego
vigente, debería en todos los casos someterse a un debate amplio y
participativo que permita a la sociedad evaluar alternativas de un modo fundado
y sistemático que supere las premisas y enunciados oportunistas, sin rigor, ni
propuestas que muchas veces, suelen embarrar el necesario debate.
“y el que su charco ensucea
pa que parezca mas hondo
es porque escuende en el
fondo lo que le falta a su idea”
-Santos Vega, el Payador-
La presión de las corporaciones
orientadas a maximizar las rentas privadas de los enclaves productivos
autónomos que son su práctica habitual, solo podrá prevenirse mediante la
regulación y la participación orgánica de un estado organizado en sus funciones
de prevención, control y generación de
alternativas mediante el uso de los balances que aporta la división de poderes
y el debate participativo de audiencia pública con licencia social, como se ha sugerido
el gobierno en el caso de la minería.
Es probable que se presenten
apelaciones bien fundadas por parte de estados, inversores extranjeros o sus
personeros, comprometiendo emprendimientos, puestos de trabajo, integración al
medio local, infraestructura, construcciones para paliar el déficit
habitacional, educativo, sanitario, etc. con apariencia atractiva. Consideramos
oportuno que los proyectos de magnitud deban ser garantizados y avalados
económicamente por fianzas depositadas a tales efectos, para remediar las
eventuales consecuencias de su temprano abandono o ejecución azarosa, violando
los términos originalmente aprobados. Igualmente los proyectos deberían encontrar
su cauce y su sentido en la planificación regional previa orientada al
desarrollo provincial conjunto, en lugar de abonar una inútil puja entre
rionegrinos que ya conocemos el valor de las campañas publicitarias y las
promesas incumplidas.
La planificación del uso racional
del recurso, no debería presentarse como un todo completo al que adherir. La
involucración temprana de los actores sociales permitirá que se puedan debatir
y asumir como propios los programas de desarrollo que sobre la base del
ordenamiento territorial y la determinación de metas y horizontes productivos comunes
permitan el ejercicio del control social responsable y la superación de los
desequilibrios regionales que nos han caracterizado.
Estos debates tendrán la
relevancia que les brinde la participación activa y comprometida de sus
representantes más caracterizados en los espacios institucionales que se
definan para transformar la matriz productiva diversificándola y agregándole valor
local, con la vocación de incluir a los sectores históricamente marginados y
postergados.
Convocamos a que se debata con
amplitud, claridad y fundamento, las propuestas que se formulan sobre nuestros
territorios, la comisión de Asuntos Hídricos en la legislatura, las Comisiones
Legislativas Interprovinciales, la Mesa Provincial del Agua abierta en el
Ministerio de la Producción del Gobierno Provincial, constituyen al igual que
otros muchos espacios representativos de la voluntad ciudadana, una oportunidad
inmejorable de ejercer nuestros deberes republicanos, participando
organizadamente en un entorno transparente y neutral donde tengan cabida todas
las voces serias y representativas que se comprometen a diario con el destino
de los rionegrinos y su sed de desarrollo con inclusión y equidad.